Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí, no se debe a que no haya visto películas interesantes recientemente, todo lo contrario descubrí la calidad del cine que se hace por estos días en Francia. Probablemente me haya perdido de muy buenas películas por tener una predisposición absurda a ver cine francés, Paris me hizo verlo de una forma diferente.
En este filme son muchas las historias que se cuentan simultáneamente, pero se puede decir que hay una que tiene mayor protagonismo, y es la de Pierre, un bailarín retirado que es diagnosticado con una peligrosa enfermedad en el corazón, y empieza a observar cómo se desarrolla la vida de otros parisinos. Aunque esto pueda sonar muy trágico, la forma como nos cuentan esta película no es triste, de hecho en ocasiones es muy chistosa, eso me gustó mucho, no es un humor banal, la cinta nos hace pensar en lo importante que son esos momentos que a veces parecen insignificantes, sin recurrir al drama.
Me gustó la reflexión sobre lo horrible de la belleza física (Laetitia), no se hizo con el ánimo de romper cánones de belleza sino de mostrar la injusticia (e indecencia) de la misma, por opacar todo a su alrededor.
